Eficiencia energética

Las instalaciones de aire comprimido están presentes en una infinidad de aplicaciones y procesos en la industria. Alrededor del 10% del consumo energético total de estas empresas se emplea en la producción del aire comprimido, estas instalaciones representan el tercer gasto en uso industrial seguido de la electricidad y el gas.

El aumento de los precios energéticos a nivel global supone un reto importante sobre las cuentas de resultados de las empresas industriales, y con este mercado donde los márgenes cada día son más inestables y el gasto energético cada día va en aumento, todas las acciones de mejora en eficiencia energética son pocas.

El aire comprimido es una de las formas más caras de energía útil empleada debido a la alta ineficiencia del proceso de generación y una de las partes fundamentales en este proceso y por lo tanto el elemento que más gasto conlleva es el compresor.

En los 10 años de vida útil que puede tener un equipo el coste de adquisición supone el 10%, el mantenimiento un 15%, mientras que el coste energético es del 75%.

Por tanto, la eficiencia en el rendimiento energético es de vital importancia en este tipo de instalaciones. El potencial de ahorro puede llegar al 30% en ahorro energético y en ahorro en gastos operativos.

La elección de un equipo muy eficiente siempre tiene que llevar consigo el equilibrio entre la mejor eficiencia, que se debe situar en una potencia específica por debajo de 6 Kwh por metro cúbico de aire comprimido, Y el menor gasto operativo producido por estos equipos.